Edificio

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Edificio: Símbolo de influencia y poder

El Palacio fue construido entre 1420 y 1433 para albergar a los Condes de Barcelos, Afonso y Constança, más tarde Duques de Bragança (1442), y se elevaba sobre la entonces villa de Guimarães, teniendo como guardián el castillo de Guimarães.

Construido en parte sobre la antigua muralla que rodeaba el «pueblo de arriba» (así se llamaba a la parte más elevada de Guimarães), el Palacio es un símbolo de los nuevos tiempos y del poder e influencia del Duque Afonso, señor de vastas áreas e hijo bastardo del rey João I.

Aún hoy causa admiración, y su planta casi cuadrada, con cuatro torreones, uno en cada ángulo, sugiere que hubo un programa arquitectónico bien definido. Se desconoce quién fue el autor, pero es evidente la similitud arquitectónica de este Palacio con el palacio de los Reyes de Mallorca, en Perpignan (Francia).

Existen dudas sobre si la construcción se completó y durante cuánto tiempo estuvo habitado el Palacio, siendo seguro que aquí vivió Constança de Noronha (m. 1480), primera duquesa de Bragança.

En 1666 el Palacio ya estaba en ruinas, con la intención de los monjes capuchinos de retirar piedra para la construcción de su convento. Se desconoce si esta “pequeña destrucción” aconteció. Sin embargo, se sabe que la gente de Guimarães protestó por la ruina de este patrimonio del que estaban tan orgullosos.

En el siglo XVII, con la llamada “Restauración de la Independencia” (1640), la Casa de Bragança asciende al trono portugués y el Palacio pasó a integrar los bienes de la Casa de las Reinas y a servir como granero, hasta su extinción, en 1834.

En el siglo XIX se utiliza como cuartel militar y se conocen algunos proyectos arquitectónicos, nunca implementados, para adecuar el edificio a las necesidades del ejército. Es a partir de esta época que el patio y las galerías que lo rodean son destruidos para crear una plaza de armas.

Un dibujo realizado por un irlandés, John Synge, en 1813, permite observar el patio y comprobar la existencia, en el medio del mismo, de una pasarela con galería inferior, a través de la cual se establecía la conexión, en el segundo piso, entre la Capilla (ala este) y el ala oeste, en la que se ubica la gran puerta de entrada.

En el siglo XX, inserto en un plan nacional para la recalificación de monumentos, se restaura el Palacio de los Duques de Bragança, entre 1937 y 1959. El proyecto inicial se debe al Arquitecto Rogério de Azevedo, quien pudo contar con la colaboración local del Sr. Alfredo Guimarães, director del Museo Alberto Sampaio e importante personaje de Guimarães en la época.

Durante las obras se señalaron varias funciones para el edificio – Museo, Biblioteca, Archivo, Ayuntamiento – sin embargo, las obras arquitectónicas se desarrollarán casi hasta el final sin que se tomara una decisión sobre el uso que se haría del edificio.

Se abre al público el 26 de agosto del 1959, «amueblado» con objetos adquiridos por la «Comisión del Mueble», creada para el efecto en 1955, y también con una colección museística de otros Museos Nacionales.

Hoy el Palacio de los Duques forma parte de la Red de Museos Portugueses, siendo uno de los monumentos más visitados del norte de Portugal.