Capilla
Se llama la atención del visitante hacia el portal de entrada, que contiene un conjunto de columnas cuyos fustes son de mármol. Se dice, aunque sin pruebas documentales, que pertenecían al palacio de Çala-ben-Çala, en Ceuta, habiendo sido traídas, en 1415, por Afonso, duque de Bragança, que en esa fecha participó en la conquista de esa ciudad.
Este portal está coronado por una copia de lo que se presume ser el escudo de armas del duque de Bragança, realizado en la década de 1950 por el escultor Teixeira Lopes.
Cuando se inició la restauración del Palacio de los Duques, en los años 30 del siglo XX, aún permanecían las paredes, la ventana, la puerta y la escalera de la capilla. Sin embargo, la ventana ya no tenía vidrieras y no quedaba nada del relleno de la capilla. Por ello, se decidió amueblarlo según lo que se suponía ser una capilla del siglo XV, siendo el arquitecto Mário Barbosa Ferreira el responsable del diseño del mobiliario que decora la capilla – mesa de altar, tribunas, sillas, balaustrada del coro y bancos, todos hechos en 1959 en madera de castaño.
En las vidrieras, diseñadas por António Lino, están representadas:
En la primera ventana (lado izquierdo, arriba), de izquierda a derecha: Santo Antonio, Jesús Cristo y S. Francisco de Asís.
En la primera ventana (abajo a la izquierda), de izquierda a derecha: Afonso, primer duque de Bragança, Afonso Henriques, primer rey de Portugal, y Constança de Noronha, primera duquesa de Bragança.
En la segunda ventana (arriba a la derecha), de izquierda a derecha: S. Jorge, Santa Maria de Guimarães y S. Tiago.
En la segunda ventana (abajo a la derecha), de izquierda a derecha, Filipa de Lencastre (reina de Portugal, mujer de João I), João I y Nuno Álvares Pereira (Condestable de Portugal).
En las paredes laterales hay dos reproducciones de lienzos italianos del siglo XIX: una de Rafael (“La Transfiguración”, 1518-1520) y la otra de Domenico Zampieri (“La comunión de San Jerónimo”, 1614).
También se puede ver un conjunto de cuatro piezas – un cofre, un arca, un banco y una base – construidas con elementos del mobiliario gótico (cofre, cofre, banco) y renacentista (base) que nos ayudan a conocer y admirar la calidad de los artesanos talladores de aquella época.