Horario: 10:00 - 18:00

Sala de San Miguel

Sala de San Miguel

Sala de San Miguel

Esta habitación está ubicada en uno de los torreones del Palacio, en el ala oeste, y el tamaño y distribución de las “cámaras” (habitaciones) es muy similar a las del torreón de las habitaciones privadas del Duque de Braganza en el siglo 18. XV. Nótese que la puerta que da acceso al “Aula” o “Sala Grande” queda en frente a la puerta que solía ser la antecámara del Duque de Bragança. No se sabe a quién estaría destinada este torreón, pero sin duda tendría un uso noble.

Hoy se llama «Sala de San Miguel» debido a una gran escultura de «San Miguel Arcángel», que decora la sala.

Mención especial merecen los dos bargueños aquí expuestos. “Bargueño” es el nombre que se le da a un mueble de oficina de madera, con múltiples cajones y una tapa abatible que servía de soporte, por ejemplo, para escribir. Parece haber sido producido originalmente en Bargas (Toledo, España). El bargueño suele ir acompañado de una mesa que sirve de soporte y ambos están profusamente decorados con pan de oro y policromía.

Aquí se exponen también dos tapices más de la serie Publius Decius Mus, basados ​​en “cartones” encargados al pintor Peter Paul Rubens: «Publius Decius Mus se consagra en preparación para la muerte» y «Publius Decius Mus cuenta su sueño a las tropas romanas». Documenta la historia del cónsul romano Publius Decius Mus, basada en la descripción de la obra «Ab urbe condita», del historiador romano Titus Livius. Los cónsules Publius Decius Mus y Titus Manlius lideran a los romanos en la guerra contra los latinos (340-338 aC), habiendo soñado ambos con un gigante que predijo “que serían sacrificados al infierno, el general de uno de los ejércitos, y el ejército contrario, siendo necesario el sacrificio de uno de los cónsules para lograr la derrota del enemigo. Realizando un acto de ‘devoción’, Decius Mus se lanza a la muerte contra el ejército latino en la batalla del Vesubio” (texto de Maria Antónia Quina).

Mobiliario, cerámica y un espejo con marco tallado, bien representativo de la calidad de los escultores portugueses del siglo XVII, completan la decoración de esta última sala en el transcurso de la exposición permanente.