Horario: 10:00 - 18:00

PD0077

Alfombra “Salting”: Alfombra de Oración Benguiat
Autor: Desconocido
Centro de Fabricación: Irán
Datación: Siglo XVI-XVII (Dinastía Safávida)
Materia: Lana y Seda
Dimensiones (cm): 106 x 176
N.º de Inventario: PD0077

«Pequeña alfombra de oración, simétrica a lo largo de un eje longitudinal y con un gran nicho en el centro del campo. Esta composición ofrece al musulmán creyente, todas las condiciones para la oración ritual ofrecida en una mezquita, con el nicho funcionando como mihrab, indicando la dirección de la qibla (la orientación hacia La Meca).

Esta alfombra forma parte de un grupo de 74 ejemplares similares. Tienen una amplia gama de colores (8 en total), inscripciones religiosas y están profusamente decoradas con hilo metálico.

Se caracteriza por un campo rojo decorado con volutas de zarcillos, cuyos ángulos superiores están llenos de zonas irregulares y coloreadas con pequeñas inscripciones. El nicho central está delimitado por una banda continua con caligrafía. El nicho más grande tiene un fondo beige decorado con cartuchos verdes y rojos con inscripciones, que se alternan con cartuchos polilobulados.

Las inscripciones incluyen varios versos del Corán, y en la cartela del nicho se puede leer: “Gloria a mi Señor Todopoderoso, y a su alabanza”, un rasgo frecuente en estas alfombras de salazón. Esta alfombra, también conocida como “alfombra de oración de Benguiat” porque formaba parte de la colección del famoso anticuario Vital Benguiat, se asocia estilísticamente con seis alfombras conservadas actualmente en el Museo Topkapi Saray (Estambul), y con otras cinco pertenecientes a colecciones privadas o cuya procedencia actual se desconoce. La alfombra también muestra un intenso abrash (matices de tono), especialmente en los colores azul, verde y rojo en las esquinas superiores del campo.»
Raquel Santos e Jessica Hallett

Las Alfombras “Salting”
«En septiembre de 2007, dos especialistas en alfombras islámicas, Michael Franses y John Mills, identificaron tres alfombras “Salting” en el Palacio de los Duques de Braganza. Su Palacio por Portugal pretendía seguir la pista del anticuario parisino Armand Deroyan, que, unos años antes, los había reconocido durante una visita a Guimarães. Los “Saltings” se encuentran actualmente entre las alfombras más caras y codiciadas por los coleccionistas de todo el mundo, y las piezas del Palacio de los Duques constituyen el mayor conjunto documentado fuera del palacio Topkapi de Estambul.

Estas alfombras, al igual que otros muchos objetos, fueron adquiridas en el marco del programa de reestructuración del Palacio por el Departamento de Monumentos (Comisión de Adquisición de Mobiliario) a finales de la década de 1950. Las tres fueron compradas a la destacada comerciante textil londinense, la señora Pérez, que ya había participado en la venta de importantes alfombras de colecciones portuguesas del mercado internacional.

El nombre “Salting” deriva del nombre del famoso coleccionista de arte australiano George Salting (1835-1909) que, en 1909, donó un ejemplar especialmente emblemático al Victoria and Albert Museum de Londres.

El volumen de la estructura entrelazada creada por la urdimbre, la trama y los nudos determina el nivel de detalle que puede alcanzar el tejedor. Las fibras de menor diámetro facilitan la ejecución de patrones más complejos, por lo que en las alfombras de alta calidad se suele utilizar hilo de seda para la urdimbre, la trama y los nudos. Las líneas horizontales y verticales se crean fácilmente en la red ortogonal creada por la urdimbre y la trama en el telar, a diferencia de lo que ocurre cuando se pretende crear patrones curvilíneos. En este caso, se requiere una mayor densidad de nudos (más de 3.500 nudos/dm2) para evitar el efecto “damero”, lo que justifica el uso frecuente de la fibra de seda para la urdimbre (y a veces la trama) en las alfombras de lana. Esta es precisamente la estructura de las alfombras “Salting”, en las que la seda de la urdimbre y la trama, y la alta densidad de nudos, permiten la aparición de elementos curvos y los elegantes zarcillos que caracterizan su decoración.

Las alfombras descubiertas en el Palacio de los Duques de Braganza representan el hallazgo más importante en Portugal desde 1911, cuando José de Figueiredo encontró la magnífica alfombra de “animales y árboles” en el Convento de la Madre de Dios de Xabregas, considerada hoy la “joya de la corona” de la colección textil del Museo Nacional de Arte Antigua. La intensa investigación llevada a cabo en el estudio y la conservación de las tres alfombras “Salting” ha garantizado su preservación para las generaciones futuras. Restauradas por fin a su antigua condición de grandes objetos de arte islámico, las alfombras son dignas de estima y aprecio como tesoros nacionales.»
Raquel Santos e Jessica Hallett